martes, mayo 23, 2006

El Otoño


Carta para mi Amigo Virtual.
Mayo del 2004

"Sabes que me he dado cuenta que antes no podía ver el otoño como ahora porque antes viajaba en puro metro. Entonces en el metro no se ve nada. Por eso ahora me parece como que recién estoy conociendo los cambios que ocurren en las estaciones.

A veces miro el árbol que está fuera de mi casa, en la calle y veo que poco a poco y de abajo hacia arriba van poniéndose amarillas sus hojas. Lo extraño es que no ocurre igual en todos los árboles. Otros van perdiendo hojas de manera salpicada, quiero decir una hoja por aquí, otra hoja por allá. Y cuando el viento sopla, parece que las hojas se desprenden y se van meciendo suave y lentamente hasta posarse delicadamente en el suelo. Ahí las espero yo con mi escoba, para barrerlas y juntarlas bajo el tronco de mi árbol, para que sus propias hojas vayan transformándose en la tierra de hojas que lo va a fortalecer.

Me da gusto barrer la calle y cuidar mi árbol. Es el árbol que crecerá y vivirá conmigo. Por las mañanas él recibe con alegría a los pajaritos que se posan en sus brazos a cantar y a alborotar el ambiente. También disfruto de ellos, al ver sus pechos tan arrepolladitos y sus cabecitas que no dejan de moverse. Cuando bajan a mi patio o mi antejardín avanzan a puros saltitos, picotean por aquí y por allá en busca de las semillas que ellos mismos han dejado diseminadas por doquier. ¡Qué bella es la naturaleza! ¿no? A mi me encanta.

¿Has visto la plaza de la Constitución en esta época? Es maravillosa. Los árboles que ahí se ven son preciosos. Cuando pueda llevaré mi máquina fotográfica para tomar una foto para que así tu también puedas disfrutar de esa belleza. Me gustaría aprender a pintar al óleo. Haría puros paisajes así. Llenos de colorido."

viernes, mayo 19, 2006

Las Petunias


Mayo 14 de 2004

Hoy he arrancado las petunias. Las he tirado a la basura, ya no me dejaban vivir. En cuanto llegaba a casa me preguntaban por ti. Me rogaban que volvieras para sentir nuevamente tus cuidados. Me decían que te extrañaban, que extrañaban la forma en que las regabas dulcemente. Recuerdo cómo sonreían, al sentirse acariciadas por el suave manto de lluvia que expulsabas con la regadera. Se ponían coquetas contigo y elevaban sus caritas orgullosas hacia el cielo para mirarte y ver cómo las alimentabas.

Ahora se han puesto feas. Lo han hecho a propósito, como una forma de protestar por tu ausencia.

El jardín ya no es el mismo sin ti. Ellas, ya no quieren mis cuidados sino los tuyos. Por eso las he arrancado, por eso me he quedado sin ellas. Y en su lugar, he puesto otras flores que aún... no saben de tu amor.

martes, mayo 16, 2006

Mi Papi

Domingo 25 de Abril 2004

Hoy que estuve en casa con Iván, me estuvo mostrando unas fotos que había escaneado. Eran fotos de la graduación del Héctor de 4to. medio. El Iván veía a mi papi y me decía: "mi papi" con tanta dulzura. Y me contó que al escanear las fotos y ver la expresión del rostro de mi papi en ellas, lo había extrañado, "lo eché de menos" me dijo y me emocionó sentir que él también se enternece con los recuerdos de mi papi. Es increíble como pasan los años pero los sentimientos y los recuerdos hacia él se mantienen intactos. 18 años y me parece que fue ayer cuando nos dejó. Cuando lo veía entrar por la terraza con su bolsito colgado al hombro. 18 años que se cumplen este 7 de mayo.

Hacía tiempo que no derramaba una lágrima por mi papi... hoy lo estoy extrañando de nuevo a pesar de que sé que él siempre está conmigo, cuidándome y protegiéndome. Yo era su hija regalona. A mi me abrazaba a cada rato y me daba besos en las mejillas. Salí a él en lo regaloneadora. Fue él quien me enseñó a ser así. Fue su ejemplo el que me hace ser tan pegote en mis afectos.

Cuando estábamos en la mesa. Él tomaba la presa de pollo de su plato, con la mano y me decía: "hija... toma" y yo tenía que comer obligadamente aunque tuviera mi propia presa, si no lo hacía era un desaire que él no perdonaba. Luego que mordía la presa se la pasaba a los chiquillos o a quien estuviera ahí cerca, porque todo lo quería compartir con todos, aunque eso significara quedarse él mismo sin comer.

Mi papi sin quererlo nos inculcaba y transmitía su alegría con su forma de ser. En las fiestas era el más simpático. Bailaba el rock and roll como ninguno, aunque no podría decir cual era mejor, si él o mi tío Hugo porque ambos bailaban bien. Así era mi papi... mi papito querido.

lunes, mayo 15, 2006

Desde la ventana

Viernes 23 de abril de 2004

Al igual que la primavera, el otoño provoca muchos sentimientos en mí. Antes, me causaba angustia y pena. Era porque en otoño… falleció mi papá. Desde que esto sucedió, todos los otoños me llenaban de nostalgias.

Ahora, en cambio, me traen alegría. Porque hace dos otoños mi corazón se siente enamorado y lleno de vida. Por eso, los sentimientos provocados por esta estación han variado.

A veces, cuando voy en la micro. Voy mirando los árboles que pasan por las calles frente a mí. Deleitándome con el colorido que ofrecen en esta época. Ahora sí que disfruto del otoño y de las hojas caer. Miro mi comuna y cada día la encuentro más linda y me imagino que si ahora es tan bella, cómo será en primavera, cuando los árboles florezcan y llenen el ambiente de rosa y blanco…

viernes, mayo 12, 2006

Mis Regalos de Bodas

Cuando me instalé en mi casa, ya llevaba muchas cosas que fui adquiriendo con el tiempo (siempre me ha gustado tener mis propias cosas y satisfacer mis gustos). Pero muchas de las cosas que llegaron a mi casa nueva, fueron obsequios de personas que jamás imaginé.

Yo llevaba una cama de plaza y media, un closet, dos veladores, lámparas para los veladores, una cajonera, un televisor, un sofá cama, un librero, un computador con impresora y scanner, un escritorio para el computador, un mueble para la impresora, una silla giratoria, una radio reloj, un secador de pelo. Y un sinfín de cosas para la cocina: Centro de cocina, batidora, moldes para los queques y las tortas, cuchillería, loza, hervidor, picadora 123 y muchas otras cosas de repostería… También llevaba unos libros de mi propiedad, algunos videos y mi “joyita”, mi gran colección de Cds. (Claro que ahora no tendría donde escucharlos, pero no sería por mucho tiempo).

Mi mamá me regaló la cocina para comenzar mi nueva vida en casa. Así que compré dos balones de gas para complementarla. Mi tía, pese al enojo me prestó un mueble de cocina que le pedí, pues estaba lleno con cosas mías de la repostería, el que hasta el día de hoy me ha servido de gran utilidad.

Mis amigas y compañeras de trabajo, sabiendo lo jodía o mañosa que soy para las cosas, me pidieron que hiciera una lista con mis necesidades (no era una lista de Novios, de Almacenes París o Falabella) pero enumeré lo que más necesitaba. La Romy leyó la lista y vio que en primer lugar estaba “un Martillo”.

- Amiga y ¿para qué quieres un martillo? – preguntó con asombro, al verlo encabezar dicha lista.

- Para ponerles palos a mis plantas poh! Sino ¿con qué iba a enterrar los palos en el suelo cuando plantara mis tomates? – La Romy se moría de la risa, cuando me escuchaba.
Recibí cosas muy importantes: La Romy, me regaló una tetera; la Pao, un colador para las verduras y los fideos, una paila para freír (para que le hiciera sopaipillas) y una plancha para la ropa; La Myriam: Sartenes; La Martita: Un colador y una tapa para la paila de freír; La Paolita Barría: un rallador; La Rutita: cucharas de madera; la Lidia Zamorano: Paños de cocina, y otras cosas; la Jennicita: El martillo y atornilladores. Y más regalos que no recuerdo en este momento.

Por otra parte, mi familia también me llevó cosas. La Mirthita (mi prima), me regaló una olla que es mi regalona. Con esa olla, no tuve necesidad de pedirle una prestada a mi mamá y mi tía Ester me regaló una pintura al óleo de su propia creación.

A parte de la cocina, uno de los regalos más importantes que recibí, fue mi refrigerador, llamado “Bienvenido”. Regalo de mi tía y de Iván (cuando se les pasó el enojo y la relación mejoró). Bienvenido llegó en momentos de mucha desesperación. Era pleno verano y lo agradecí enormemente.

Estoy muy agradecida con todos, porque tuve tantos regalos como una novia y mis ex colegas me hicieron muchos regalos importantes. Había otras compañeras que también compraron casa en ese momento, pero no tuvieron la misma suerte que yo.

Me sentí, como una “novia sin vestido”…