viernes, agosto 04, 2006

Entre mis redes

Jueves 15 de Diciembre 2005

Presiono el botón del timbre. La micro se detiene bruscamente. Me aferro a los fierros con ambas manos. Bajo con cuidado y trato de hacerlo rápido, porque si demoro mucho, el chofer echa a andar la máquina antes de que haya apoyado ambos pies en la acera.

El sol acaricia con sus últimos suspiros de calor. Camino por la calle. El gran Parque me espera. Ansioso de que lo atraviese con mis pasos. Los árboles me saludan meciéndose rítmicamente con la fresca brisa que nos envuelve. El pasto húmedo y recién cortado me embriaga los sentidos. Miro hacia los cerros. No creo que exista alguien que disfrute tanto el Parque como yo. Todos los días siento un gran regocijo en su presencia. Siempre logra hacer brotar una sonrisa en mi rostro y me cautiva alegrando mi espíritu.

Afortunadamente elegí una casa que me permite (por la distancia), recorrer diariamente aquel paisaje.

Camino hacia el pasaje que me conduce hasta mi casa. Al centro, todos los días encuentro un perrito callejero. Callejero porque siempre está en la calle y nunca lo he visto dentro de alguna casa. A veces está acostado echado como un ovillo. Yo lo quiero conquistar. Así que lo miro, le hablo y le sonrío. El me mira con ojitos temerosos y agacha sus orejitas como temiendo que me acerque a él y lo asuste.

Como lo quiero “aguachar” para acariciarlo, lo llamó: ¡Psss, psss psss!. Él sólo me mira.

Ya está acostumbrado a verme. Ahora cuando entro al pasaje se pone de pie y me mira. Corre hacia mi tímidamente y mirándome a los ojos. Luego pasa de largo haciéndose el indiferente, yo lo miro de reojo (para no asustarlo). Me volteo lentamente y él se detiene a mirarme. Chasqueo mis dedos y lo llamo. Él se acerca, pero no lo suficiente, conserva la distancia. Le hablo, lo llamó con mis dedos. Le muestro mi mano con la palma extendida hacia arriba y la bajo a la altura de su boca (para que cuando pierda el miedo se acerque y la huela). Me mira, pero duda… no sabe si acercarse más o no.

- No importa :- me digo :- ya caerá…

Con una sonrisa traviesa me dirijo hacia mi puerta. Sé que muy pronto caerá entre mis redes… y cuando eso ocurra, lo abrazaré con mis manos, le haré sentir el gozo de mis caricias en su lomo y con unas palmaditas suaves sobre la cabeza le diré lo importante que es para mi.