martes, agosto 22, 2006

¡Ya están aquí!



Lunes 17 de Abril de 2006

Estoy feliz. Al fin puedo entregar ese caudal de amor que lleva encerrado mi corazón. No puedo definir mi alegría. Tanto tiempo soñando con ello. Al fin ha llegado este momento.

Llegaron mis hijos. Horacio y Ambrosia (la abuelita dijo que era muy hambrienta, así que ese será el nombre perfecto!). Ya están en mi casita.
Dos hermanitos que me dieron mucho quehacer cuando los llevaba camino a tomar la micro. Ambrosia asomaba su cabeza y se me salía de la bolsa. Tenía que detenerme a cada rato y volver a meterla en el canasto que llevaba boca abajo para que no se escaparan.


Estaban asustados por los ruidos de los vehículos. Al principio maullaron, luego se tranquilizaron. Horacio hasta se durmió una siesta en el viaje. Me asustó… pensé que le faltaba aire y que estaba dormido por eso, pero no… sólo tenía sueño. Ella en cambio, no durmió nada, iba observándolo todo y de vez en cuando se echaba un ratito en mis faldas, sin dejar de mirar hacia todas direcciones.

Entré a mi casa y los dejé en el suelo para que observaran y descubrieran su nuevo hogar. Los puse sobre la cajita de arena que ya les tenía preparada para sus necesidades. Horacio la bautizó altiro, en señal de que ya sabía para qué estaba ahí. Eso me gustó. Es habiloso. Juguetón… le entregué su pelotita de plástico y jugaba tras de ella, divirtiéndose. No tardó mucho en escalar por mis ropas y llegar hasta mi hombro. Creo que le gusta porque cuando está ahí ronronea. Es colorín atigrado. Me encanta.

Ambrosia es más desconfiada. No se dio altiro a mí. Rápidamente buscó un lugar donde esconderse y protegerse. Cuando yo me movía corría a su escondite, luego salía silenciosa y me observaba. Le costó llegar a mi dormitorio. Le costó subir a mi cama. Porque cada vez que intentaba tomarla, huía de mí.

Les puse agua para calmar la sed del viaje. Horacio tomó y comió también. Ambrosia sólo miró los platos… Estaba intranquila. Pero hoy ya amaneció con ganas de estar conmigo, porque mientras me bañaba me llamaba con sus maullidos. Y ahora se iba derechito a mi dormitorio.

Son las 13:30 y ya estoy ansiosa por llegar a casa a ver cómo están mis niños… mis hijitos lindos. Esto de entrar en la gaternidad…

1 Comments:

Blogger Pablillous Opinó...

que cosas mas hermosasssssss!
los dos se ven de lo mas amorosos...

ambos son cariñosos!!

quiero comeermelos!!!

saludos vecinita!

24 agosto, 2006 00:02  

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