miércoles, junio 28, 2006

Y el amor llegó de nuevo

Noviembre 03 de 2005

"Tengo miedo de enamorarme y sufrir por ello.
Tengo miedo de enamorarme... aunque necesito sentir esa bella sensación.
Cada uno de tus correos acelera los latidos de mi corazón...
y por eso, tengo miedo de abrirlos.
Tengo miedo. Por eso dejé de escribirte"


Al fin pude saber qué había pasado con mi Amigo Virtual.

Borrando los correos de Gonzalo, me había encontrado con su casilla y le había escrito nuevamente, con temor de que mi carta no encontrara eco. Pero esta vez (y luego de dos años) si contestó... y me contó lo que sentía.

La atracción que yo sentía por él, brotó como la erupción de un volcán dormido y silencioso. Ahora estaba libre y podía corresponder a sus sentimientos... ¿cuándo te enamoraste de mi? Le pregunté:

"¿Viste trabajar alguna vez a una araña?
Esto ha ido sucediendo igual, poquito a poco. A medida que nos íbamos intercambiando informaciones y conociendo un poco más.
Siempre me atrajo tu inteligencia, tu forma de ver las cosas y ese contenido espiritual que tiene tu forma de ser..."


Así supe como fue naciendo su amor por mí.

"Querida Angélica:
Yo creía que la atracción entre las personas era culpa de las feromonas, pero no hay ninguna posibilidad que ello suceda por Internet.
Me encanta tu forma de ser, siento tu cercanía, tu cariño y hasta casi tu perfume.
Lo increíble es que me estoy enamorando de una mujer que todavía no tiene rosto, pero que tiene un alma preciosa.
Me la voy a jugar por vos.
Me gustás."


Sus cartas llenas de sentimiento me trajeron días de dicha, de felicidad, de ganas de vivir. Vivir para conocerlo y sentirme entre sus brazos.

Me enamoré. Era tan rico sentir todo eso que me inspiraba él. Me inspiró a volver a escribir pues había pasado mucho tiempo y pocos escritos habían nacido. Ahora... de vuelta en mi vida quería escribir para él.

Creó para mí, más versos de amor:

"Tan lejos que estoy de vos
y ni siquiera un recuerdo
es todavía posible
para traerme consuelo

Casi no sé quien sos
pero no quiero perderte
aunque no puedo encontrarte
para empezar a quererte

Me enamoré de tu amor
y eso será hasta la muerte
pero no quiero morir
sin poder verte y tenerte"

"Necesito estar contigo. Quiero conocerte, sentir el sabor de tus besos y de tu cuerpo ¿qué maleficio me enviaste Angélica?"


La mujer sin rostro dejó de serlo. Le envié la primera foto.

"Me estoy enamorando de esa preciosa mujer que me sonríe desde la pantalla, a la que ansío estrechar entre mis brazos, y a ¡la que apenas conozco, tan solo por lo que me han hecho sentir sus palabras escritas!"

"Esto es una locura que ha comenzado y que por lo menos yo, ya no puedo parar".

"Estoy pensando en vos. Todo el día pienso en vos".

"Estoy convencido que somos un par de locos que piensan y sienten igual. Ojalá que esto que estamos comenzando lo hagamos bien y dure muchos, muchos años.
Me vuelves loco. Me gustás"

"Siempre miro hacia adelante y allí estás tú. Esa mujer que me encantó con extraños sortilegios y que quiero conocer pronto. A la que quiero abrazar y besar. Y quiero decirle cosas bonitas al oído. Hacerle vivir maravillosas sensaciones, compartir sus momentos y conocer mejor su persona".


"Sólo pienso en vos. Hasta en los momentos más ingratos del día. tu presencia aún lejana me reconforta".


Mi vida se llenó de amor, alegría, de calma y me sentí amada, valorada, deseada, comprendida, soñada, ilusionada... Mientras el maestro me construía las panderetas (realizando mi primer gran proyecto) yo leía los correos de mi amigo virtual. Me los aprendía de memoria de tanto leerlos. Y me sentía acompañada con sus palabras.

De vez en cuando escuchaba su voz al teléfono... una voz tan agradable, tan dulce, cuyo acento uruguayo, me volvía loca...