miércoles, abril 19, 2006

Un Cumpleaños Feliz


29 de Junio de 2003
Hoy fuimos a festejar un cumpleaños a la Mía Pappa. Fui con mis amigas Romy y Paola.

La Mía Pappa es un Restaurant donde se puede comer a destajo (tenedor libre). Está ubicado en 11 de Septiembre a la salida del metro Manuel Montt. Llegamos tempranito porque supimos que el horario de atención era de 12:30 a 16:00, así que llegamos allá a las 12:35.

Las chiquillas a instancias mías no habían tomado desayuno, pero yo si tomé, jejeje no pude evitarlo.

Nos explicaron cómo era el sistema y nos llevaron para empezar, un traguito. La Romy y yo tomamos, la Pao no bebe nada que tenga alcohol. Ella tomó jugo. Nosotras empezamos con una Vaina, que me encantan, bueno, todos los tragos me gustan. Eso estaba acompañado con unas empanaditas de queso y unos trocitos de pizza. (podíamos repetirnos pero no lo hicimos para no llenar nuestros estómagos antes de tiempo).

Luego que nos servimos el aperitivo. Nos paramos y fuimos al tonel donde están los vinos. (es como un autoservicio), tomamos un jarro y echamos un rico vino tinto. Luego fuimos a los jugos y sacamos jugo de melón. Nos fuimos a nuestros puestos y dejamos eso y partimos a servirnos las ensaladas, ah, entre que hacíamos todo eso métale sacando fotos, nos sacamos 17 fotos sólo ahí (en el recinto me refiero). Luego fuimos a un lugar donde hay una parrilla inmensa y hay un tipo que prepara las carnes, nos preguntó qué queríamos comer. Yo pedí pollo, carne de vacuno y chuleta de cerdo (para la repetición pedí carne de vacuno y longaniza - que también me encantan). Comimos tranquilamente porque no había apuro y teníamos harto tiempo.

De pronto la Romy dijo hagamos un alto. ¿Y qué tal si le entregamos los regalos?, le dijo a la Pao. - Yaaaaaa!!!!! dije yo. Y entre foto y foto me entregaron los regalitos.

Mientras yo habría los regalos comencé a escuchar la melodía del “feliz cumpleaños” y miré a las chiquillas con emoción y alegría. Habían preparado todo especialmente para que justo en ese momento se celebrara un cumpleaños unas mesas más allá. Entonces, las chiquillas se sumaron al coro de voces que entonaban la canción y yo aún con los regalitos en la mano las miraba contenta.

La Romy me regaló unos aritos de oro, eran dos estrellitas pegaditas que me coloqué de inmediato en mis orejitas. La Pao me regaló una crema (es que le bolseaba la de ella) y un disco de un cantante Español llamado Alex Ubago (desconocido aún en Chile, pero conocido por mí, por una canción que me envió Gonzalo por Internet "Sin Miedo a Nada").

Luego que charlamos y nos bajó un tanto la guata. Pedimos las pastas... las tres comimos lazzaña (para empezar, jejeje), luego la Pao (que es re flaca y mañosa pa comer) pasó... y nosotras con la Romy (que somos más buenas pal diente y por consiguiente más gorditas) pedimos: ella fetuchini y yo Ñoquis... Los ñoquis fueron porque Gonzalo se acuerda de mi cumpleaños porque allá en Uruguay, es el día de los ñoquis, así que en su honor, pedí ñoquis para celebrar. Entretanto nos paramos como tres veces a buscar más jugos y más vino. El jugo de melón se había terminado, así que continuamos con el jugo de piña. Ahí se me ocurrió hacerme un pequeño ponchecito así que alié el vino y el jugo y quedó más rico que no se qué.

Al cabo de otra gran charla, pedimos el postre. La Pao helado de vainilla y chocolate, la Romy Leche asada y yo torta de chocolate (tenía que celebrar con alguna tortita) - para empezar nuevamente - al rato pedimos otro postrecito... Yo pedí torta de mil hojas y la Pao se entusiasmó y pidió lo mismo, esta vez la Romy pasó. Jajaja las acompañé en todo, no pasé ni una, ¡ni siquiera el desayuno! Bueno, era la festejada también.

Íbamos a seguir consumiendo, cuando pensamos que ya nuestros estómagos estaban bastante satisfechos, así que todas pasamos la “agüita perra” pa bajar la panza. Pedimos la cuenta, pagamos y nos fuimos.

Íbamos a caminar unas cuadritas para bajar la "llena", pero no pudimos, porque estábamos que caíamos tumbadas en una cama a dormir la siesta. Yo ni siquiera quería llegar a casa (aún había problemas con mi tía e Iván). Pero cuando llegué, me alegré porque me conecté con mi amado y ahí estuvimos largo rato charlando por el msn.

Y así pasó un cumpleaños más para la vida tranquila y apacible de Angélica.
Foto: Paola y yo