martes, marzo 28, 2006

El Admirador

Lunes 30 de diciembre de 2002

Caminaba distraídamente por esa calle que tanto conozco. Mi José Ureta. De pronto, pasa por mi lado un perrito que me es familiar.

Una vez lo vi, sentado en la calle, tomando el sol, en un frío día de invierno. Daba gusto verlo con sus manitos cruzadas y con una altivez que causaba admiración. Faltaba sólo que se pusiera lentes de sol.

Cuando lo ví esa vez, me dieron ganas de llevar mi máquina fotográfica. Su expresión era tan tierna que me cautivó. Desde ese día, siempre lo miro mucho. Es delgadito. Su cabeza y su hocico son alargados, se parece mucho a esos perros que corren detrás de las liebres. Es negrito y su pelo es muy corto. Lo malo es, que vive con gente que no lo trata muy bien, a veces lo dejan en la calle botado y hasta diría que pasa hambre, porque se ve flaco, a pesar que su contextura es delgada.

Vive con una familia no muy trigo limpio, son unos Cubanos medio ladrones, pero uno de ellos, el Cubano padre o el mayor, es muy correcto o al menos lo aparenta. Siempre que paso, me dice cosas, no sé si llamarlas piropos.

Iba por la calle y ví la puerta de su casa abierta, cuando pasé, miré de reojo, justo venía saliendo él, yo seguí caminando… de pronto una voz me paraliza –“señora, que tenga unas felices fiestas… usted es una gran dama”. Siempre me dice lo mismo, que soy una gran dama y me expresa toda su admiración, a veces me grita de una vereda a la otra y yo sólo me río para mis adentros, no puedo demostrar ningún sentimiento, porque se podría tomar confianzas que no deseo.

Otras veces voy con Iván y también me dice que soy una gran dama. Esta vez me deseó felicidades y tampoco soy tan insensible para no agradecerle, me volví y le di las gracias acompañadas de una sonrisa. Luego seguí mi camino al tiempo que él me decía: “disculpe si la molesté…”

Siempre que me dice cosas, me pide disculpas, para que no me enoje. La verdad es que es muy caballero, porque nunca me ha faltado el respeto. Y siempre logra dibujar una sonrisa en mi rostro… Es rico saber que hay alguien que te admira, aún sin conocerte…